miércoles, 12 de agosto de 2009

Prensa, elite y educación: o cómo se modela el discurso sobre la educación en Chile


La educación pública es un proyecto social, dirigido a la totalidad de la sociedad, con un objetivo de preservación y transformación vinculado a cierta lectura del bien común, y conducido por la elite simbólica y política de un país.

Es evidente que en tanto proyecto nacional, la educación pública juega un rol: construye un orden. Como evidentemente, este orden es un proyecto histórico-político que se extiende a la sociedad como un todo, es siempre un proyecto y una discusión de interés para las elites. Hay siempre una elite que quiere conversar sobre el concepto, porque está en sus manos la conducción de un determinado proceso social. Así pensado, la elite simbólica modela los discursos nacionales sobre la educación pública.

El concepto de “elite simbólica” refiere a los actores y de su capacidad modeladora de los discursos nacionales sobre educación pública. Se trata de un concepto derivado del empleado por Van Dijk (2008) para relevar el rol de aquellos actores sociales que lideran la política, los medios de comunicación, la educación o la ciencia y que representan un sector o grupo de interés, que tienen acceso preferencial a los discursos dominantes y además acceso preferencial a los medios de comunicación. Dichos actores construyen discursos que contienen ideologías que finalmente actúan como interfaz entre los subsistemas social (por ejemplo, la educación pública) y cognitivo (el pre-juicio o ideología respecto de ésta) relativos a un campo o dominio.

Dado el acceso privilegiado de esta elite a los medios de comunicación, su rol es clave para entender cómo se construye el discurso masivo sobre la educación pública, esto es, lo que la gente sabe y opina. Así, se puede explorar si los discursos de esta elite son “anti” o “pro” educación pública y si lo dicho varía según el medio (por ejemplo, si la elite de izquierda apoya o no la educación pública). Asimismo, se puede analizar la disposición de estas elites a promover una transformación del concepto y hacia qué dirección se produce dicho intento.

Cuando la elite simbólica construye un discurso sobre la educación pública está influyendo en la “historia conceptual” de la misma. Es decir, está recuperando la historia e ideología subyacente en el concepto. Ahora bien, las ideologías –en tanto expresión de un determinado arreglo institucional o estructural- se des-aprenden muy lentamente y nunca de modo espontáneo. Por lo general, los conceptos tienen inercias, arrastran significados que remiten a una cadena discursiva de origen, a la estructura socio-cultural de dicho momento y a una experiencia histórica específica, al tiempo que configura criterios para la comprensión de las prácticas y disposiciones actuales en los sujetos y en las instituciones . Es esta inercia la que genera la sensación de disconformidad sobre la capacidad estructurante de esos significados originales en la experiencia actual de la educación pública.

Aplicado lo anterior al concepto de educación pública, se puede argumentar que sus significados actuales son también un modo de operar políticamente, esto es, de pujar por imprimir un determinado orden al mundo. Por lo mismo, la discusión que sobre la educación se hace en la prensa, puede ser comprendida como una pugna para re-delimitar el concepto y el lugar de la educación pública en la sociedad.

(Extracto del artículo "Elite simbólica y narrativa de la educación pública en Chile" (Navarro, 2009)

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