
Para abonar el debate, hoy la prensa advierte de las brechas existentes en los resultados regionales. Esta vez el punto es que hay regiones que no alcanzan los promedios nacionales. confirmando una vez más que los promedios ocultan las diferencias y pueden llevar a conclusiones erradas.
Sin embargo, para estimar si las políticas han influido favorablemente en los resultados SIMCE, una posibilidad disponible es analizar la trayectoria de aquellos escuelas y estudiantes de 4to. básico que rindieron el SIMCE hace 5 años (2007) y que en 2011 rindieron otra vez esta prueba (obviamente, en 8vo. básico). Según se informa El Mercurio del sábado 14, de los 5.107 establecimientos que reportan resultados SIMCE en ambos años, 3.072 mejoraron sus resultados, vale decir, un 60,8% (dicho en negativo, 1.0927 escuela o el 40% no logró mantener la trayectoria de mejora). Este dato, desglosado por dependencia y por beneficiarios de las diversas iniciativas, ofrecería una buena estimación del impacto de las políticas.
En síntesis, cabe decir que lo razonable es:
- no deslumbrarse ni apesadumbrarse por los resultados positivos o negativos de una medición, sino considerar las tendencias y sus contextos
- no atribuir, por tanto, estos resultados a políticas que llevan uno o dos años de implementación, como tampoco rechazar visceralmente su eventual influencia en algunos establecimientos
- evitar sacar conclusiones rápidas o de causalidad fácil, pretendiendo que la desigualdad educacional y/o social se ha reducido, argumentando para ello la concomitancia entre el alza de las escuelas pobres y la baja de las escuelas no pobres
- filtrar las opiniones de especialistas y no especialistas (o de políticos) que abundan en la prensa, intentando depurar la euforia de algunos y la bronca de otros
- felicitar los avances pues, aunque modestos, resultan un estímulo para aquellas escuelas que los han conseguido
- reconocer que la estabilidad en las políticas importa, que su efectos es acumulativo y sinérgico y que, como dijera Hargreaves, en educación no hay atajos