sábado, 14 de julio de 2012

Balance del semestre (III): los procesos de admisión a la universidad

Fuente: http://tvmaipo.blogspot.com
Desde que hace poco más de un mes, el Consejo de Rectores (CRUCH) resolviera "incorporar el ranking como criterio de selección en los procesos de admisión a las Universidades del CRUCH y a aquellas adscritas a este sistema [...] medida [que] fue adoptada para ponerse en práctica en el proceso de admisión 2013", las reacciones a esta medida no se han hecho esperar. El MINEDUC primero respaldó la medida, aunque con cierto recelo pues estimó que la fórmula no estaba del todo clara... mas con el paso de los días, ha quedado claro que la entidad de gobierno no aprueba el mecanismo en concreto pues éste, en su opinión, requiere más estudios y, si bien ayudará a algunos, perjudicará a otros que, según parece, el MINEDUC prefiere no afectar.

 Una buena síntesis de los argumentos de las partes se expone hoy en La Tercera. Cito:

Los reparos que presenta el Ministerio

El ministro de Educación, Harald Beyer, es enfático en resaltar que desde el Mineduc no están en contra del ranking, sino más bien de la fórmula elegida por el Cruch. Los reparos son:
  1. No es propiamente un ranking, sino más bien un bono a las notas de enseñanza media, el que puede establecer diferencias de más de 150 puntos entre alumnos que alcanzan el mismo lugar en distintos colegios. Esto podría provocar diferencias de más de 15 puntos en el puntaje final de admisión, lo que determina el ingreso o no a la universidad.
  2. Cambio de las reglas del juego. El Mineduc ha señalado que la incorporación del ranking para el proceso de admisión 2013 es apresurada y no se justifica. Agregan que a cuatro meses de rendir la PSU es un cambio en las reglas que no es junto para los jóvenes que cursan cuarto medio, quienes merecen mayor cantidad de información respecto de esta modificación.
  3. Incentivo a la inflación de notas y cambios de colegios: se señala desde el Mineduc que con este sistema, un establecimiento podría subir los promedios de sus estudiantes y a la vez, reducir la diferencia entre ellos, con lo que tendrían un puntaje de ranking más alto. También se señala que los estudiantes podrían cambiarse de colegio en el último año a un establecimiento con un promedio más bajo.
  4. Puntaje “contaminado” al comparar generaciones anteriores, debido a que las condiciones de un establecimiento pueden variar de un año a otro. Se reconoce, eso sí, que al agruparlas en tres años el efecto se suaviza.

Las razones del Consejo de Rectores:

Según el Consejo de Rectores, la fórmula que se quiere aplicar busca premiar a los mejores estudiantes, sin perjudicar a los que están bajo el promedio de su curso. Ellos señalan que:
  1. Se reconoce que no es un ranking como tal, pero que va encaminado hacia allá y que se implementará en toda su dimensión en dos años más. Los rectores señalan que para el proceso de admisión 2013 se busca entregar una bonificación a los mejores estudiantes, la que dependerá del promedio del colegio en el que este estudia, pero que esto no perjudicará a los que se encuentren bajo el promedio del colegio. Estos tendrán el mismo puntaje que obtendrían con las notas de enseñanza media (NEM).
  2. No es una medida apresurada. Los rectores de las universidades tradicionales señalan que el ranking y su aplicación tienen más de 20 años de estudio y que desde hace cuatro años se viene hablando seriamente de su aplicación. Agregan que a principios de este año, el Consejo de Rectores señaló la intención de incorporarlo al proceso de admisión 2013. Por último, se señala que si bien va a tener un impacto, este será acotado en la dimensión en que se estableció la fórmula.
  3. Mayor equidad para el ingreso a la educación superior. Las autoridades académicas explican que según los estudios que se han realizado, el ranking facilita el ingreso de los estudiantes de los colegios municipales y particulares subvencionados a la universidad, y que es un muy buen indicador, tanto de rendimiento como de titulación.

Es necesario recordar por qué esta polémica. Los procesos de admisión a las universidades se basan en pruebas de conocimientos (PSU), cuyos resultados son el filtro de selección determinante para acceder a la carrera deseada. Junto con ello, se incluye la ponderación del promedio de notas de enseñanza media (NEM) que es traducido en un puntaje en la misma escala empleada para calificar las pruebas de conocimientos. El supuesto es que la ecuación resultante de estos puntajes permite distinguir a quienes podrán acceder a la universidad y mostrar un desempeño académico consistente con el puntaje logrado en las pruebas de selección PSU.

Sin embargo, numerosos y añosos estudios muestran que la relación entre puntaje PSU y desempeño académico no es siempre directa. Los estudios desarrollados por el CRUCH e investigadores como Érika Himmel, muestran que es el rendimiento universitario se relaciona más con las notas de enseñanza media y la posición relativa que ocupó el estudiante en su trayecto por la enseñanza secundaria; es decir, esta posición relativa es un predictor de su desempeño académico posterior. 

Sobre esta evidencia (añosa, como ya dije) se han desarrollado también desde hace tiempo, experiencias de inclusión en educación superior, siendo la más conocida el llamado "Propedéutico", liderado por Francisco Javier Gil en la USACH y luego adoptado por la UCSH y la UAH, entre otras. En pocas palabras, la iniciativa consiste en generar opciones de acceso alternativo a la universidad, dirigidos a estudiantes de estrato socioeconómico bajo que se sitúan entre los mejores de sus establecimientos, lo que participan en programas de inserción a la universidad con nivelación de aprendizajes en matemática y lenguaje, además de participar en talleres y actividades culturales. Los alumnos que concluyen exitosamente el proceso logran un cupo en carreras universitarias, sin considerar su puntaje PSU. 


Esta y otras experiencias que optaron como mecanismos alternativos a la PSU, lograron finalmente convencer a los rectores de universidades que el desempeño académico en la educación secundaria y el lugar en el ranking del establecimiento respectivo.

Por otra parte, la PSU ha mostrado un comportamiento estrechamente ligado a la procedencia socioeconómica de los estudiantes, la cual a su vez determina las oportunidades de acceso a una educación escolar de calidad. Por tanto, se trata de un instrumento regresivo desde el punto de vista de la justicia educativa. Pese a que esto ha sido constatado una y otra vez, las universidades no mostraban disposición a revisar sus mecanismos de acceso, sobre todo porque los puntajes PSU se vinculan al llamado "Aporte Fiscal Directo" (AFI), importante fuente de recursos estatales que es repartido según los puntajes de los alumnos matriculados (a mayor puntaje PSU de sus matriculados, mayor AFI para la universidad). Así, el AFI -como la PSU- muestra un sesgo en perjuicio de estudiantes de menor nivel socioeconómico.


Por todo lo anterior, la revisión del peso de la PSU y la incorporación del ranking de enseñanza media en los procesos de selección universitaria son consideradas medidas pro-equidad o medidas que ayudar a mitigar la segregación educativa que caracteriza a las universidades chilenas. Desde este punto de vista, resulta llamativo el juicio crítico del MINEDUC que se ha preocupado de argumentar que este cambio de reglas es perjudicial para muchos estudiantes, que se ha hecho de manera apresurada dado que apenas faltan 5 meses para rendir la PSU.

¿A quiénes  ayuda esta defensa del MINEDUC? Es claro: a todos aquellos que en el escenario vigente hasta la PSU 2011 se beneficiaron: a los que estudian en colegios pagados; a los que estudian en liceos públicos que seleccionan; a los que preparan la PSU en preuniversitarios que actualizan conocimientos y les adiestran en técnicas para responder con eficiencia;, a los mismos preuniversitarios que basan su argumento de venta en la probabilidad de alcanzar un alto puntaje PSU; a los colegios que también basan su convocatoria en los puntajes PSU que logran sus egresados. En suma: a unos pocos que desde ahora tienen una ventaja menos frente a la mayoría.Es por esto que los reclamos del MINEDUC parecen más una defensa del status quo.

¿A quiénes ayuda la medida del ranking o bono a las notas de enseñanza media? A la mayoría de los estudiantes de establecimientos subvencionados que postulan a las universidades "tradicionales" (casi 10.000 estudiantes) que no lograron entrar a la universidad por la no consideración de este nuevo factor y por el excesivo peso del origen. Porque, como señalara el rector de la UC, “el ranking aumenta la equidad de los procesos de selección. Tenemos una PSU que está muy relacionada al ingreso, al capital social de las familias, y el ranking hace más parejos a los estudiantes que van a colegios de menos recursos, ya que premia a los alumnos que están dentro del 10% superior con un puntaje similar a los que van a escuelas más favorecidas






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