La nota de "El Mercurio" de hoy (que transcribo parcialmente) fue anticipada durante el paro docente. Ahora se tiene un número: "Según el último reporte del ministerio de Educación, 6.120 alumnos se
retiraron de las escuelas municipales de todo el país para migrar a
colegios subvencionados durante el mes de junio. De
ellos, 3.386 pertenecían a establecimientos que estuvieron movilizados
durante el del paro de profesores, que se extendió por 57 días en
rechazo al proyecto de Carrera Docente. Si bien el Ministerio indicó que
parte de esa cifra sigue la tendencia de lo ocurrido en 2014, cuando no
hubo suspensión de clases, añadió que la partida de 1.923 niños sí
puede asociarse al paro docente [...] Así,
mientras las autoridades siguen trabajando en implementar el plan de
fortalecimiento de las escuelas públicas, el éxodo de estudiantes
continúa y ya son 500 mil los que han dejado el sistema en una década."
"Sin
contar la partida de estos últimos estudiantes, la matrícula en el
sector municipal concentra sólo un 36,5% del total del sistema y según
han advertido los alcaldes, la fuga puede ser mucho mayor a partir de
2016, dejando sus escuelas con menos de un tercio del alumnado del
país. Esto, porque desde el próximo año,
cuando entre en vigencia la reforma escolar y el fin del copago en
varios establecimientos subvencionados, los municipios estiman que
muchas familias se irán a ese sector, ya que no tendrán la barrera
económica para poder matricular a sus hijos."
Sorpresivamente, "para
el Secretario Ejecutivo de la Reforma, Andrés Palma, esa situación no
debería ser tan grave porque muchos padres ya han podido comenzar a ver
las mejoras que se están haciendo a las escuelas públicas con los $285
mil millones que incluye el plan de apoyo del MINEDUC". Digo "sorpresivamente", porque es evidente que las acciones de la llamada "Agenda Inmediata" no están teniendo efectos visibles (e inmediatos). De ser apreciables, lo que debería verse es una mitigación del flujo de la migración (o retiro de alumnos de escuelas y liceos municipales) y, en un escenario optimista, en una leve tendencia al aumento de la matrícula en aquellos establecimientos beneficiados por obras como el Plan Pintura. Por consiguiente, para darle sustento a la afirmación de Andrés Palma se requiere conocer el dato de esos establecimientos: ¿se modificó en ellos el comportamiento de la matrícula?, ¿este cambio alteró la tendencia nacional?
Un segundo argumento es que las obras y recursos que incluye la Agenda Inmediata tienen -al menos en la región metropolitana- una baja cobertura y una alta gradualidad pues sus metas están proyectadas para este periodo presidencial. Luego, tomará tiempo incluso desplegar la agenda y sus iniciativas. Sus resultados, lógicamente, vendrán después.
Un tercer argumento es -en no pocos casos o comunas- que el deterioro de la educación pública es tal que la Agenda Inmediata solo logrará restaurar los mínimos de funcionamiento, vale decir, aquello que en gestión se conoce como "factores higiénicos". Estos factores -cuando están ausentes- son motivo de insatisfacción, pero su mera presencia no causa satisfacción, solo restablece lo esperado como piso o umbral de base. Aplicado al caso que se comenta, pintar las escuelas, reponer sus vidrios y mejorar sus baños, no hará que las familias resuelvan quedarse en la educación pública. Para ello sería necesario incidir en las variables que las familias asocian a una escuela de calidad, vale decir, una escuela en donde el clima es seguro y la convivencia es respetuosa, donde hay continuidad del servicio educativo y donde se aprende lo necesario para el futuro.
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