sábado, 21 de mayo de 2011

Anuncios en educación 2011 (el año de la crisis de la educación superior)

Se esperaba alguna novedad en los anuncios que acompañan a la Cuenta Pública del 21 de mayo, particularmente luego del efervescente movimiento estudiantil. Las medidas anunciadas, sin embargo, han omitido hacer referencias al movimiento (salvo una mención a "violentistas" como parte de la respuesta del presidente a los desórdenes en el Congreso) y se han conformado con hacer revista al cumplimiento de los anuncios de 2010 y a señalar una modificación al mecanismo de distribución del Aporte Fiscal Indirecto (AFI). Este y otros anuncios menores se conocían previamente, dando la razón al Ministro Lavín respecto de que no había secretismo en los cambios en educación superior (ES). Tenía razón: no había secretismo porque no había nada que anunciar.

En resumen, no hubo anuncios sustantivos, no hubo invitación a dialogar seria y ampliamente sobre la ES, no hubo sino una oportunidad perdida o, quizá, una confirmación más de la decisión del gobierno de avanzar sin preguntar ni menos aun concordar cambios con los actores relevantes en el sistema educacional.

Los puntos críticos de la ES son muchos y, como es obvio, debiera ser la base de una reforma. Los principales son:

  1. Modificación del sistema de financiamiento: ni el Fondo Solidario ni el Crédito con Aval del Estado son fórmulas que satisfacen los requerimientos de recursos. El primero es restrictivo y se aplica a un grupo de universidades (las llamadas "tradicionales"); el segundo opera para el resto del sistema de ES y es caro (o sea, buen negocio para los bancos, pero no para los estudiantes que no tienen más alternativa que este endeudamiento para estudiar en ES). El ajuste al AFI (aumentando su cobertura y forma de entrega) es una respuesta tímida que, sin duda, no deja contentos a los estudiantes. Como la lógica que se quiere imponer en el AFI es la de los voucher, queda claro que más que ser un mecanismo de ampliación de oportunidades y corrección de las desigualdades, puede ser un mecanismo que siga premiando la cuna y la riqueza.
  2. Revisión de los sistemas de aseguramiento de la calidad: la acreditación es hoy un mecanismo devaluado, no porque sea en sí mismo un mal sistema, sino porque su uso y forma de acceder ha sido desvirtuada, tanto por las agencias acreditadoras, las instituciones de ES y el propio gobierno. Debiendo ser un sistema que garantizara ciertos mínimos de calidad y con ellos que trasmitiera confianza a los estudiantes y sus familias, hoy se sabe que la acreditación no es siempre señal de buena gestión ni menos de buenos resultados en la provisión del servicio. Las instituciones de ES la usan como un recurso publicitario; algunas agencias se han atrevido a acreditar por hasta por 1 o 2 años, periodo que resulta francamente incomprensible desde la perspectiva del objetivo del sistema de acreditación; y el Estado ha condicionado el acceso al financiamiento para los estudiantes a la acreditación institucional, introduciendo una distorsión pues presiona a instituciones de ES y agencias a asignar una acreditación al menos mínima pues, en caso contrario, los afectados serían los alumnos. Cabe, por tanto, revisar con urgencia el funcionamiento y las prácticas de acreditación para superar estos problemas.
  3. Sincerar la institucionalidad de la ES: el debate entre rectores de universidades públicas y privadas sobre la (falsa) naturaleza "non profit" de toda universidad ha sido simplemente ignorado por el gobierno. La figura del "Nuevo Trato" no alcanza para resolver esto porque ni siquiera se refiere a ello. Diversos trabajos recientes han intentado una clasificación de las instituciones de ES que intenta distinguir entre "lucro/no lucro" y "público/privado", proponiendo la taxonomía basada en el interés o vocación pública. De este modo, se reconocería que hay instituciones de ES de propiedad privada que tienen vocación pública y otras que son privadas y que persiguen un claro afán de lucro (o de mero reparto de utilidades entre sus dueños). Pues bien, no hay espacio en la agenda para este debate.
  4. Revisión de la visión sobre la ES y su lugar en la estrategia de desarrollo del país: ciertamente, este punto exige antes una conversación nacional sobre el modelo de desarrollo en Chile y las formas de conseguirlo. Más aun cuando con las recientes decisiones sobre política energética y las protestas de una porción sustantiva de los chilenos, queda claro que lo que el gobierno entiende como vías para el desarrollo no es compartido por la ciudadanía. Pero, si se asumiera que hay una base de acuerdo mínima al respecto, la pregunta por la contribución de la ES a la estrategia sigue sin respuesta. Convergen acá las políticas de innovación, la relación del campo de la producción con el campo de la investigación y la formación inicial técnica y profesional, universitaria y no universitaria: ¿qué se debe esperar de la ES?, ¿qué de la ES técnica?, ¿qué y cuánta investigación e innovación?, etc. En definitiva, cómo contribuye la ES al país.


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