Copio parte de su columna en La Tercera:
"Las bajas remuneraciones de los docentes son uno de los factores que hace poco atractiva la profesión para los jóvenes. También puede ser razonable que para mejorar el salario se favorezca a los más jóvenes para hacer atractiva la profesión en un plazo menor. Sin embargo, hacer depender de un test el nivel de remuneración que los profesores recibirán es problemático, al menos por dos motivos".
"Primero, se sabe que un elemento central para el mejoramiento de la calidad de la educación es generar un equipo de trabajo conformado por la dirección y los docentes de un establecimiento, quienes comparten una finalidad (proyecto educativo) y trabajan en un clima escolar de cooperación. No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que la llegada de un nuevo profesor que gana más que el resto y con etiqueta de ser "mejor" tiene una alta probabilidad de quebrar el clima de trabajo. Segundo, nadie puede asegurar que exista una correspondencia entre tener una buena nota en un test y ser buen profesor. Ningún ejercicio profesional es la aplicación de un saber a la acción y esto es aún más claro cuando el conocimiento de base de la profesión se vincula, como en educación, al conocimiento de las personas".
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