lunes, 29 de marzo de 2010

El porvenir de la escuela rural


Una nueva nota de El Mercurio revela el interés puesto por dicho medio en el aprovechamiento del terremoto como una oportunidad de ajuste del sistema escolar público en las zonas afectadas por el sismo. La entrada de la nota es expresiva: parte con una cita a una profesora de Iloca que dice "Salimos ganando", lo cual sugiere que una medida como la tomada en esa localidad semejante a Iloca puede ser bienvenida por los profesores comprometidos en la situación.

Más sugerente es aun la cita a la nueva directora (antes docente de una de las escuelas), quien afirma que con cursos más numerosos se generará en la sala "una competencia por ser los mejores, y entre los mismos docentes surge la necesidad por demostrar sus capacidades. Es una gran oportunidad para mejorar nuestro trabajo". Palabras y relación clave: más competencia-más calidad.

Quien haya conocido la zona de Iloca-Duao-La pesca, en general puede entender como razonable la fusión de escuelas tan próximas (no más de 5 kilómetros en cada punto). Incluso en bicicleta, acceder a una localidad desde la otra no toma mucho tiempo. Sin embargo, es muy probable que a esas escuelas asistan también niños de otras localidades cercanas pero situadas más allá de Duao o hacia el interior (por ejemplo, en Infiernillo o hacia el interior del estero de Pichibudi). En tales casos, es evidente que el acceso a la escuela se ha hecho un poco más difícil. Cabe la pregunta: ¿y esos niños?

Por otro lado, haciendo abstracción del entusiasmo militante del periodista, parece prudente atender algunos puntos:

  • La aceptación de una medida en contextos de emergencia o crisis no debe ser considerada como pronóstico de igual respaldo en contextos de normalidad. Es necesario analizar las implicancias de estas medidas más allá de esta etapa.
  • Lo anterior también sirve para revisar la estrategia y el procedimiento: cuanto más normalizada la situación, más indispensable se hace abrir espacios de conversación con la comunidad sobre las diversas aristas que tiene el cierre de una escuela y/o el traslado de su matrícula a otra cercana.
  • La instalación de escuelas de emergencia (como la de Iloca) debe ser entendida como tal: una escuela modular para normalizar el servicio educativo. Pero ella no puede ser aceptada como la solución definitiva. Para esta solución, la comunidad toda (y no sólo el alcalde, los donantes del sector privado y los personeros del MINEDUC) debe integrarse a la discusión.


(la imagen es del blog http://camino-del-sur.blogspot.com/2009/09/18-19-celebracion-de-nuestras-fiesta.html)

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