lunes, 6 de enero de 2014

Prioridades educacionales del gobierno de M. Bachelet (II)

La principal fortaleza de la agenda educacional de M. Bachelet es su narrativa y horizonte normativo. Igualdad, calidad para todos, justicia en la distribución de los recursos y fin de los abusos, oportunidades independientes de los privilegios o desgracias de cuna, inclusión y acciones afirmativas en beneficio de minorías postergadas, son valores o aspiraciones que sin duda empalman con los relatos personales y los imaginarios colectivos de la mayoría de los chilenos. Sin embargo, un sistema educacional que equilibre la excelencia en los resultados, la igualdad y la justicia en la distribución de las oportunidades y capacidades, la eficiencia en los recursos y la integración e cohesión social en los espacios de convivencia es algo pocas veces visto en el mundo y, según parece, muy difícil de sostener pues, como anota hoy (5 de enero) Sergio Urzúa en una columna de El Mercurio, Finlandia habría bajado sus resultados en las evaluaciones de la OCDE porque hoy es un sistema educacional más diverso y con mayor presencia de inmigrantes.

Dado lo anterior, es esperable que el equipo de M. Bachelet esté todavía dimensionando la medidas y acciones destinadas a responder a la complejidad de una agenda programática donde se compromete:
  1. Gratuidad progresiva en educación superior
  2. Creación de una Superintendencia de Educación Superior
  3. Creación de Centros de Formación Técnica (CFT) estatales en todas las regiones
  4. Aumento de la cobertura y re-estructuración del sistema de educación parvularia
  5. Fin de los aportes estatatales a establecimientos escolares que persigan fines de lucro
  6. Supresión del copago (financiamiento compartido) en el sistema escolar
  7. Eliminación de las formas de selección de alumnos en la educación escolar subvencionada por el Estado
  8. Revisión y mejora del curriculum y la gestión de la educación media técnico profesional
  9. Reforma de la administración de los establecimientos escolares públicos hoy en manos de municipios
  10. Transformación de los sistemas actuales de formación inicial de profesores
Como faltan las respuestas, las opiniones en la prensa han orbitado en torno a la interrogante sobre cómo se hará todo esto, pues  no resulta fácil llegar a las medidas concretas que se aplicarían. Belleï y Valenzuela, ambos del CIAE, han desarrollado sus preguntas y añadido otros temas en una columna publicada en CIPER. Allí afirman que " los cinco compromisos de la Nueva Mayoría con el sistema escolar incluyen componentes de una reforma integral, que acercarían el sistema chileno a prácticas reconocidas en países con sistemas escolares mejores y más equitativos. Sin embargo, hemos identificado vacíos importantes, además de la necesidad de priorizar y diseñar un cronograma gradual de reformas que minimice los efectos no deseados, permita al sistema aprender y realizar a tiempo los ajustes necesarios. El diagnóstico clama por la urgencia; el recuerdo del Transantiago, por la prudencia". Los vacíos a los que se refieren son aspectos más próximos a las medidas de política, esto es, las implicancias y derivadas que tendría, por ejemplo, "desmunicipalizar" la educación escolar (donde habría que resolver cómo se regula la creación de nuevos establecimientos en determinadas zonas geográficas, qué rol jugarian los niveles intermedios (los DEPROV y SECREDUC ministeriales, por ejemplo), cómo se logrará la excelencia sin selección en liceos públicos, etc.

Brunner ha insistido en señalar que la ambigüedad de la agenda se agrava porque falta conocer evidencia técnica que sustente las medidas anunciadas y, mas todavía, porque las medidas pueden admitir más de una variante de implementación. Interroga entonces por la estrategia 2014-2018. Se pregunta si el nuevo gobierno aspirará a profundizar un concepto de educación pública de calidad para todos, independiente de la naturaleza de los proveedores que deberían tener igual trato de parte del Estado, tal como ocurre en Holanda o más bien tiene a la vista modelos 100% estatales donde la acción privada queda reservada a establecimientos pagados. Se pregunta también si la implementación de estos cambios comenzará en el nivel de educación superior o se preferirá iniciar una transformación "desde la cuna", o sea, desde la educación parvularia y progresivamente ir escalando hacia niveles mayores. En definitiva, demanda respuestas de política, sea para respaldarlas, sea para criticarlas.

De este modo, la seducción del relato del futuro gobierno se convierte también en el más inmediato de sus riesgos porque, en pocas palabras, un relato no conforma un proyecto. Si el gobierno de S. Piñera se caracterizó en Educación por lo que sus críticos llamaron el "cosismo" o las medidas de corto alcance pero de gran pirotecnia mediática, el futuro gobierno de M. Bachelet hoy se caracteriza por un hasta ahora excesivo acento en la utopía y la cruzada tras la esperanza de una sociedad y una escuela de calidad y más justa para todos. La buena política educativa, en cambio, se sitúa en la bisectriz de ambas: entre la acentuación y continuismo de la realidad (lo propio de buena parte de la gestión de S. Piñera) y la acción guiada por el propósito moral y metas concretas que movilizan a todos quienes creen posible esa narrativa de una sociedad decente y una escuela inclusiva, tal como parece quererlo M.Bachelet.


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