domingo, 8 de septiembre de 2013

Ser docente en Chile

Fuente: http://www.at.fcen.uba.ar/
Tal parece que algunas de las políticas a favor de la mejora de la calidad de la docencia están teniendo efectos inesperados. Los resultados de INICIA 2012, conocidos hace pocas semanas,  han provocado una vez más una secuela de reproches y descalificaciones a las instituciones formadoras y una devaluación de la figura del profesor en Chile. El nuevo proyecto de ley que modifica la carrera docente que el MINEDUC activó luego de los resultados de INICIA ha sido rechazado por el Colegio de Profesores y también por académicos de algunas universidades.

INICIA 2012 es un desafortunado intento por imponer una lectura de la función docente que no ha sido consensuado con los mismos docentes a los que busca cualificar ni tampoco con las instituciones formadoras que deberían considerarla como una evaluación externa de los resultados de formación. El MINEDUC sabía que estos resultados no serían positivos simplemente porque aun persisten una desajuste severo entre los curriculum de formación inicial y los estándares pedagógicos y disciplinarios que definió la entidad de gobierno en 201. Sabía también que los contenidos a evaluar en la prueba INICIA 2012 no habían sido validados por algunas universidades. Sabía que habría una reducción del número de evaluados no solo porque aplazó la aplicación para abril de 2012 sino también porque las universidades en desacuerdo con la definición de contenidos no alentarían a sus egresados a someterse a una prueba de esta manera. Sabía que los curriculum de formación inicial se guían aún por el Marco de la Buena Enseñanza (MBE), pese a la derogación tácita que implicaron los nuevos estándares de formación. Sabía, por último, que los resultados en INICIA se correlacionan con los resultados de la PSU (especialmente en lo que respecta a los conocimientos disciplinarios) y que, por consiguiente, es un instrumento cuya validez merece un cuestionamiento derivado de la asociación entre resultados PSU y nivel socioeconómico y oportunidades educativas de los estudiantes. Sabiendo todo esto, el MINEDUC mantuvo la decisión de aplicar INICIA y de publicar sus resultados a través de la prensa. ¿Para qué? Una hipótesis evidente es su interés en crear un clima social que generara la atención y apertura a la reactivación del proyecto de carrera docente.

El proyecto, sin embargo, no ha sido ni suficientemente difundido ni bien recibido. Beatrice Avalos, quien acaba de recibir el Premio Nacional de Educación, tiende a valorar su intención, pero a la vez advierte de sus limitaciones. Su posición es que es necesario complejizar la mirada y ampliar la perspectiva, lo cual ni puede ser sino compartido. No todo se resuelve con evaluaciones que juzgan el potencial para la docencia a quienes todavía no la ejercen, no tampoco la solución son los incentivos en dinero que hacen distinciones entre profesores en ejercicio y nuevos profesores, sin dimensionar los efectos de esta solución en el clima de trabajo y relación entre unos y otros docentes. Menos presente en la discusión es el tema de las condiciones de trabajo docente en los establecimientos, aspecto que es descuidado por el proyecto gubernamental y quen en cambio, es enfatizado por Beatrice Avalos. Transcribo su reciente columna en La Tercera, titulada "Una tarea compleja pero posible":


PAULATINAMENTE SE ha elevado la valoración del rol que juegan los docentes en un escenario de educación insuficiente, tema destacado tanto en la prensa como en las indicaciones enviadas por el Mineduc al proyecto de ley sobre sistema de promoción y desarrollo profesional docente. Con todo, los problemas educativos complejos requieren análisis complejos y acuerdos, tanto de diagnóstico como de medidas para mejorar.

Hemos avanzado al reconocer la importancia de que buenos egresados del sistema escolar consideren la carrera del magisterio como una opción valiosa, lo que se expresa en la Beca “Vocación de Profesor”. Hemos avanzado en calibrar el nivel de conocimiento que deben tener los futuros profesores respecto de las disciplinas escolares y del conocimiento pedagógico para enseñar en forma competente. Esto, a través de los “estándares orientadores” entregados por el Mineduc en 2012. Hemos reconocido que una buena formación profesional requiere instituciones y programas que respondan a criterios objetivos de calidad, validados a través de los procesos de acreditación. Hemos estimulado procesos de cambio institucional mediante el financiamiento de proyectos sobre la base de concursos competitivos. 

Pese a lo anterior, no hemos prestado suficiente atención (aunque el proyecto de Carrera Docente lo intenta) a lo que dicen los profesores sobre sus condiciones de trabajo, y a cómo sienten que los trata la sociedad. La mayoría en una muestra nacional de docentes encuestados en 2009 consideraba que no tenía tiempo para las tareas centrales requeridas de ellos, como planificar clases y retroalimentar a sus alumnos. La mayoría de los profesores de todas las dependencias escolares siente que no son respetados y que su profesión, a lo largo de las tres últimas décadas, ha sufrido una desvalorización progresiva. La publicación de los resultados insatisfactorios del reducido 14% de los nuevos profesores 2013 que rindió la Prueba Inicia, contribuyó a desvalorizarlos a ellos y a todos los nuevos profesores, antes de haberse probado su capacidad en las aulas. La precariedad de condiciones de trabajo puede empujar a que los profesores calificados como “excelentes” abandonen el ejercicio, como sugiere el 20% anual que lo hace antes de completar su primer año de trabajo. 

En razón de lo anterior debemos considerar la mejora de los futuros profesores como un proceso que requiere tratamiento integral. Formadores y expertos necesitan examinar cuáles son los cambios curriculares requeridos para adecuarse a los estándares orientadores y los tiempos en que estos cambios podrán hacerse. Se necesita definir la habilitación para la docencia no sólo como posesión de conocimientos (Prueba Inicia) sino que también de habilidades demostradas luego de un año de ejercicio. Sólo entonces podría operar la propuesta de estímulos monetarios contenidos en el proyecto de ley actualmente en el Congreso. A su vez, cualquier examen de habilitación debe ser probado y aplicado sólo cuando responda a los cánones de una medición valida y confiable. Finalmente, tal como sucede en Finlandia, los resultados no deben ser públicos, sino que entregados a cada institución para que su cuerpo docente los analice y realice las adecuaciones necesarias.

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