martes, 26 de julio de 2011

Al límite

El movimiento estudiantil, universitario y secundario, parece estar llegando al límite. El gobierno, siempre con el apoyo de los medios de prensa dominantes y ahora también con cierta ayuda de rectores universitarios, además de algunos alcaldes y algunas familias, presionan a los movilizados con la pérdida del año lectivo porque, según sus estimaciones, el año es irrecuperable.

En el caso de los secundarios, se les advierte que repetirán por inasistencia, haciendo referencia a que la normativa educacional establece un mínimo del 85% de asistencia para la promoción en enseñanza básica y media. Olvidan mencionar, sin embargo, que las normas (el decreto 112 de 1999 para primero y segundo medio; y el decreto 83 de 2001, para tercero y cuarto) señalan que los reglamentos de evaluación definidos por cada establecimiento pueden definir situaciones excepcionales donde este mínimo de asistencia no es considerado, reservando al director del establecimiento esta facultad. No es, por consiguiente, un asunto del sostenedor (un alcalde o dueño), si bien puede serlo del MINEDUC pues la misma normativa abre la posibilidad de que la SECREDUC -y en última instancia la División de Educación General DEG, autorice excepciones al criterio general en situaciones no previstas. No es, por lo mismo, una fatalidad que no se cumpla el 85% de asistencia regular.

Si, en cambio, se piensa en los contenidos y los aprendizajes asociados, cabe la preocupación. Pero aun así, la experiencia muestra que los liceos -y sobre todo los estudiantes y pre-universitarios- son capaces de acelerar los aprendizajes y lograr los desempeños que finalmente aseguren la continuidad de estudios. No cabe, en consencuencia, especial alarma por los plazos.

En el caso de los universitarios, el historial de movilizaciones y la posterior normalización académica es también argumento de que esta larga paralización puede ser remediada en términos curriculares.

Mientras, la conversación entre un grupo de rectores y el MINEDUC sobre el llamado GANE sigue en desarrollo y probablemente próximo al consenso. La falta de información sustantiva al respecto no favorece una toma de posición, si bien la carta del CRUCH a la CONFECH luego de las primeras reuniones entre gobierno y rectores aporta luces sobre lo que está en juego. Sigue pendiente, sin embargo, una apertura más franca a las preocupaciones de la educación superior universitaria y no universitaria, incluidas la cuestión del lucro, el carácter profesional o académico de las carreras, el financiamiento y el aseguramiento de la calidad mediante la acreditación.

Sobre estos puntos, la prensa ha multiplicado opiniones. Estimo recomendables las siguientes:

  1. Manifiesto sobre la educación superior, de E. Barros y A. Fontaine
  2. Un acuerdo para la educación superior, de J. Brunner
  3. La educación en la encrucijada (otra vez), de J. García-Huidobro y C. Concha
  4. Heterogeneidad en la educación superior, de H. Beyer
  5. NEGA (no es un gran avance), de Manuel Riesco

4 comentarios:

  1. ¿A qué te refieres con pre-universitarios?

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  2. Creo que la idea no quedó clara: lo que quise decir es que los estudiantes de liceos se las ingenian para alcanzar los aprendizajes que luego serán evaluados en la PSU y que, en ese contexto, un recurso a la mano es cursar un pre-universitario

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  3. Pero mi estimado, con mucho respeto, los pre-universitarios no han sido nunca un medio para mejorar aprendizajes. Es más, de acuerdo a sus argumentos no corresponde por 3 motivos.

    1) Movilizarse por mejor calidad y equidad pero recurrir a preuniversitarios - en su mayoría pagos- para no mermar aprendizajes. ¿Suple un preuniversitario el fracaso de 12 años de escolaridad?

    2) Los preuniversitarios solo preparan es áreas específicas del currículo y además para rendir una prueba. ¿Qué hay de otro tipo de aprendizajes? (véase subsectores o competencias no consideradas en PSU).

    3) Preuniversitarios ocasionan mínima ganancia e injerencia en puntajes PSU. No hay estudios nacionales al respecto, más investigaciones sobre SAT y Coaching en EEUU revelan ganancias oscilando entre 15-30 puntos.

    No creo que estudiantes puedan recuperar por su cuenta lo perdido; menos que un preuniversitario coolabore.

    Otra cosa es tema de la asistencia.

    Mis saludos.

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  4. Tienes razón, Sebastián, en lo esencial. Mi punto es otro: en términos instrumentales o "estratégicos", los "preu" sí mejoran (si no aseguran) las oportunidades de continuidad de estudios.

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