La segregación es un proceso de discriminación socio-cultural que un grupo dominante ejerce respecto de otro, cuya posición social les obstaculiza o los pone en desventana para el ejercicio pleno de un derecho. Tradicionalmente, el concepto se emplea en estudios socio-urbanos para referirse al fenómeno de proximidad espacial de grupos sociales que habitan un mismo territorio; por extensión, entonces, el concepto refiere a la separación social de grupos que co-habitan en un mismo espacio geográfico amplio, pero que no se mezclan porque entre unos y otros hay barreras físicas o culturales; al contrario, los distintos grupos se concentran en un sector o campo, creando sectores o grupos internamente muy homogéneos que, a la vez, resultan muy heterogéneos respecto de otros grupos. Lo interesante de este proceso es que, junto con factores sociales (como la tendencia o preferencia a estar entre iguales) y otros residenciales (la tendencia a vivir entre iguales), la segregación también se acompaña de esa percepción o subjetividad que nos dice que estamos entre iguales y que los que no están acá, son distintos y/o pertenecen a otro lugar.
En educación, el concepto ha tenido aplicaciones al estudio de la segregación socio-económica que acompaña la tradicional segmentación administrativa del sistema en establecimientos pagados, subvencionados privados y subvencionados municipales. La segregación escolar aparece cuando se advierte que las familias, al elegir la educación de sus hijos, no sólo optan por aquella que obtiene mejores resultados en las pruebas SIMCE; antes bien, la elección educativa está estrechamente ligada a los circuitos y círculos educativos deseados para los hijos. Se elige una escuela, un liceo o una institución de educación superior con la expectativa de una buena educación que, además, implica una experiencia formativa y una red de relaciones de la cual se es o se quiere ser parte.
Más específicamente, el concepto de "segregación escolar" fue usado por Valenzuela, Belleï y De los Ríos (2008) para analizar los efectos que el sistema de financiamiento compartido (o co-pago que las familias hacen en la educación subvencionada por el Estado) ha tenido sobre el sistema escolar chileno, estableciéndose que, efectivamente, esta política (el financiamiento compartido) ha profundizado la segregación escolar.
Ahora Valenzuela, junto con Sevilla y otros investigadores del CIAE han establecido que el sistema escolar chileno es uno de los más segregados del mundo, apenas superado por Perú y Tailandia. Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los resultados de PISA 2006 y emplearon en Indice Duncan, valor que muestra la probabilidad de que -dado un contexto o escenario- un individuo se encuentre en un determinado grupo donde los otros sean también de similares características. Así, concretamente, un alumno chileno del grupo de más altos recursos probablemente tendrá compañeros de igual status durante su trayectoria escolar. De igual modo un estudiante del grupo de menor ingresos sólo se educará con compañeros similares a él. En el sistema escolar chileno, la probabilidad de mezcla social es, por consiguiente, casi nula.
Como es evidente, la cohesión social se arriesga muy severamente con esta imposibilidad de encuentro entre diferentes. No hay muchas posibilidades de consolidar una sociedad donde todos se reconozcan como iguales en algo, si el sistema escolar ha sido construido creando y reforzando verdaderos enclaves socio-económicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios