sábado, 26 de diciembre de 2009

PSU: falacia en Fuenteovejuna

A la manera de, pero no por las razones de Fuenteovejuna (esa proverbial obra de Lope de Vega), pareciera que la sociedad chilena prefiere seguir creyendo que la PSU es un indicador de la calidad de la educación chilena y, sobre todo, de la baja calidad de la educación pública. Es efectivo que la PSU viene a retratar la desigualdad de la educación, pero no por las razones que la prensa señala: no es que esta desigualdad se explique por la alta eficacia de los procesos de enseñanza en la educación privada o, en oposición, por la mediocridad e ineficacia de la educación pública. Se trata, como muchos han dicho, de un proceso multivariado, donde la eficacia de unos y de otros hace lo suyo, pero no llega a ser la causa principal de las diferencias de resultados entre estudiantes.

La prensa es descuidada y no ayuda a hacer distinciones. Construye la noticia de la PSU del mismo modo que la noticia del SIMCE y de las pruebas internacionales como PISA. Pero basta leer la misma prensa para ver las diferencias entre estos instrumentos para advertir al menos la necesidad de prudencia: el SIMCE es una prueba referida a criterios de logro (o estándares) de aprendizaje cuyos puntajes se estiman contra dicho criterio y que no busca distribuir esos resultados en una escal decreciente tipo ranking. ¿Por qué no? en pocas palabras, porque hay dificultades técnicas y políticas para ello. Además, los resultados de SIMCE son conocidos por establecimiento y no por individuos que la han rendido (lo cual también puede ser comprendido por razones técnicas y políticas).

La PSU, en cambio, es de suyo una prueba orientada a definir un orden decreciente entre individuos que la han rendido. La PSU no mide diferencias entre establecimientos, cualquiera sea su dependencia administrativa. Nada de eso. La PSU sólo busca clasificar a unos individuos en un ranking para que las universidades usuarias de la prueba, seleccionen a los que han obtenido los mejores puntajes. Muchos saben que es una prueba "orientada a la norma", es decir, que busca distribuir los puntajes en una curva normal, donde algunos conseguirás peores puntajes, otros pocos los mejores los más altos, y la mayoría estará rondando los 550 puntos (el promedio de la PSU). Todos los años, con o sin paro de alumnos y de profesores de por medio, habrá puntajes sobre 800 puntos, un promedio de 500 puntos y alumnos que apenas alcanzan los 450 necesarios para postular a las auto-denominadas "universidades tradicionales".

¿Por qué la prensa y algunos grupos de interés quieren usarla para juzgar la calidad de la educación chilena y de la educación pública, en especial?, ¿por qué se insiste, por ejemplo, en silenciar el peso de la variable "pre-universitario" en los resultados que se alcanzan en la PSU, cuando este año más que nunca parece quedar en evidencia que esta prueba no se relaciona con la cobertura curricular ni la calidad de los procesos de enseñanza vividos por los alumnos durante la enseñanza media? Porque, si la cobertura curricular y la calidad de la enseñanza en el liceo fueran factores de relativa influencia en la PSU, entonces el Institutuo Nacional no habría logrado el máximo de puntajes nacionales que consiguió este año. Logró esto porque sus alumnos, pese a las interrupciones de la enseñanza pública desde 2006 a 2009, recurrieron a otras estrategias de preparación de la PSU, como los preuniversitarios y las clases de reforzamiento tanto en casa como en el mismo liceo. O, ¿alguien cree que 427 puntos, equivalentes a cuatro respuestas correctas en la prueba de matemática de la PSU 2009, revelan sólo algo de la enseñanza de un liceo?, ¿por qué no integrar al análisis de la PSU, factores tales como el nivel educativo de los padres, cuya influencia está suficientemente respaldada por la literatura e investigación especializada?, ¿por qué no integrar la variable "ingresos del hogar" cuando los datos oficiales muestran que el promedio de 448 puntos en la PSU de Matemática es el puntaje de los alumnos de hogares con ingresos brutos menores o iguales a 144 mil pesos?, ¿por qué no informar que los puntajes promedio en la PSU crecen en la medida que aumentan los ingresos del hogar?





Para seguir en esta misma discusión, sólo es necesario indicar que el propio DEMRE, en la presentación preparada para la prensa el 21 de diciembre pasado, mostraba que el 78% de los madres de alumnos de colegios pagados que rindieron la PSU tenía estudios superiores, en contraste con el 26% de los alumnos del sector privado subvencionado y del 12% de los alumnos del sector municipal... y viene cayendo este porcentaje porque, evidentemente, quienes logran hoy concluir la enseñanza media y rendir la PSU, son alumnos de familias donde por primera vez se alcanza este nivel educativo.
Si en la misma conferencia de prensa, el DEMRE sostenía que la política de ampliación del acceso a la PSU ha permitido rendir esta prueba a estudiantes de menor nivel socioeconómico (menos ingresos en el hogar y menos educación de los padres) es una variable que resulta indispensable incluir en la interpretación correcta de los resultados, ¿por qué la prensa lo ignora?

Como se aprecia en el cuadro siguiente, cuando se analizan las diferencias luego de controlar los antecedentes socioeconómicos, las brechas son menores entre educación pública y privada pagada. Considerando los ingresos económicos, la probabilidad de obtener más de 600 puntos en la PSU de Matemática, en un 20% mayor para un alumno proveniente de un establecimiento pagado respecto de otro proveniente de un establecimiento municipal. Un porcentaje similar es el que separa a ambos alumnos, considerando el nivel educativo del sus padres. Pero si se trabaja con la probabilidad de obtener más de 700 puntos, las diferencias de probabilidades son menores aun: ¡menos del 10%!... es decir, un alumno, cualquiera sea su establecimiento de procedencia, podría obtener un alto puntaje en la PSU y son las variables socioeconómicas las que hacen alguna diferencia ¿No es suficiente argumento para señalar que la PSU no puede ser usada para explicar diferencias entre educación pública y privada?



La prensa insiste en mostrar la PSU como una radiografía de la calidad de la educación chilena, descartando por arte de magia (o amnesia súbita) todas las variables socioeconómicas, culturales e incluso de normativa, que intervienen en la producción de resultados escolares.

Este sábado 26, un par de cartas al Director aborda la cuestión de la brecha entre educación pública y privada asumiendo que la PSU es el instrumento adecuado para medirla. Así, los mas de 130 puntos de diferencia entre alumnos de liceos de una y otra dependencia serían la prueba necesaria para demandar una reforma definitiva de la educación para los pobres. Por esto, Rodrigo Jordán, presidente de la Fundación para la Superación de la Pobreza, llama a transformar los procesos educativos de los establecimientos más pobres, asumiendo que los docentes de dichos establecimientos no han encontrado la forma de instalar un proceso pedagógico capaz de reconocer y atender las necesidades educativas de quienes asisten a esos liceos y porque estos mismos docentes tampoco se han convencido que sus alumnos pueden alcanzar logros equivalentes a otros alumnos.

Otra carta de dos académicos de la UC apuntan más a la pregunta por la calidad y pertinencia de la PSU como un instrumento para seleccionar a los mejores alumnos para la universidad. Demandan una evaluación externa de dicha prueba porque en la actualidad, esta prueba sólo ha conseguido profundizar la segmentación en el acceso a las universidades tradicionales.

Sin embargo, la intencionalidad es manifiesta en otros artículos del mismo medio. Basado en sólo una fuente (¿qué dirían los formadores de periodistas al respecto?), el artículo sirve de plataforma para que el entrevistado (Pablo Eguiguren, del Instituto Libertad y Desarrollo) llegue a sostener que la brecha es un resultado de las diferencias de calidad entre educación pagada y el sistema pública, salvo excepciones como las del Instituto Nacional, gracias a que "ellos hacen un proceso de selección que les permite quedarse con los mejores alumnos del país. Lamentablemente (la cursiva es mía) eso no es lo que ocurre en la mayoría de los colegios municipales"... No coments

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios