domingo, 4 de agosto de 2013

Segmentación escolar por precio

Fuente: http://www.educacion2020.cl/
Sigue la discusión sobre el financiamiento compartido (FC), su bajo impacto en los aprendizajes y su efecto en la segregación escolar. Mientras algunos lo defienden, afirmando que la segregación escolar es reflejo de la segregación espacial (así lo ha defendido Ricardo Paredes, de la PUC) y que el FC no tiene un efecto relevante, otros argumentan que su alto impacto en la segregación escolar ha sido ya establecido por numerosos estudios (ver la sección "Cartas al Director" de  El Mercurio, domingo 4 de agosto). Se ha dicho también que hay limitaciones metodológicas que sugieren ser prudentes pues, incluso aceptando que el FC se asocia a la segregación escolar, esta asociación no es de causalidad. Por tanto, se argumenta que se debe ser cauto en su eventual supresión toda vez que se trata de una política que significa importante recursos para el sistema escolar. Entonces, mientras no se acredite que el FC es la causa de una mayor segregación educacional, lo mejor es mantener la situación como está.

Todo esta discusión resulta hasta sorprendente. En 1994, la razón para introducir el FC fue doble: por un lado, la necesidad de aumentar el financiamiento sin que dicha carga fuera del Estado y, por el otro, la convicción de que dicho aumento resultaría un buen incentivo para la inversión privada. Ambos objetivos se cumplieron a cabalidad: el aporte del FC al financiamiento escolar es hoy casi equivalente al aporte estatal y, a la vez, el aumento de la oferta privada ha crecido de manera sostenida desde la instauración del copago. Hoy ¿qué es finalmente el FC? Un mecanismo para aumentar el precio por la prestación de un servicio educativo.¿Quién gana con este escenario? No cabe duda que muchos de los sostenedores privados están entre los ganadores que han visto aumentar sus márgenes de ganancias. Es discutible que las familias y los estudiantes sean también ganadores, pues uno de los aspectos en debate del FC es su efecto en mayores aprendizajes: en efecto, no se ha establecido fehacientemente que los establecimientos con FC tengan un mejor desempeño en pruebas estandarizadas.

¿Por qué entonces ha aumentado tanto el número de establecimientos con FC?, ¿por qué las familias están dispuestas a pagar más por un servicio cuya productividad en términos de aprendizajes es similar a otro de menor precio?, ¿por qué un mismo servicio se cobra a precios diferentes? La respuesta es de silabario para los estudiosos del marketing. Las familias buscan diferenciación en lo que compran y presentan distinta disposición a pagar según donde estén y donde quieran estar. Este el finalmente el punto: el FC es una forma de segmentación de mercado por precio. El FC es una herramienta para fraccionar el sistema escolar según capacidad de pago, construyendo grupos internamente homogéneos (o sea, donde los individuos son iguales o semejantes entre sí) y externamente heterogénenos (o sea, donde los integrantes de cada grupo se diferencian establemente de los integrantes de los otros grupos). Desde este punto de vista, mientras haya diferente disposición a pagar, el FC seguirá vigente pues las familias quieren comprar un servicio educativo pensando en la rentabilidad futura y tambien pensando en la experiencia presente. Así, están dispuestos a pagar para que sus hijos interactúen con otros en un espacio donde esas interacciones agreguen valor a la formación personal. 

Sin embargo, tampoco se ha dicho que el FC afecte negativamente los resultados escolar. Y si se añade que puede ser debatible que impacte en la segregación escolar, entonces por qué no continuar como hasta ahora? Más directamente, ¿si el FC no empeora la situación de los demás, por qué suprimirlo? Las razones son simples: como toda segmentación por precio, el FC marca diferencias sociales por capacidad de pago. De este modo, inhibe o dificulta la integración escolar al oponer barreras de precio al encuentro entre estudiantes de distinto origen socio-económico. En definitiva, debilita la cohesión social.

Una buena síntesis de los argumentos para suprimir el FC se encuentra en el sitio de Educación 2020. En el mismo lugar, se ofrecen links con publicaciones que sustentan esta recomendación.






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