viernes, 24 de junio de 2011

Avances en la discusión sobre educación pública

La prensa continúa informando sobre las movilizaciones y las negociaciones entre representantes de los movilizados y el gobierno. Hay un mayor posicionamiento y claridad en las posiciones, pero no por ello parece más cerca el acuerdo. Intento ahora una síntesis del estado actual:

  1. Ya es claro que la agenda es al menos doble: la de los universitarios y la de los secundarios. La primera, sin embargo, es harto más compleja pues hay que distinguir entre los móviles de las dirigencias estudiantiles de universidades "tradicionales", representadas sobre todo en la CONFECH, y las eventuales demandas de otros grupos de estudiantes de educación superior, menos articulados pero que no cabe duda debieran mirar con interés las conversaciones. Ello porque una parte de la crisis de la educación superior es la franca insuficiencia del sistema de financiamiento basado en créditos con intereses francamente altos (por cierto, con el silencio unánime de las instituciones financieras).
  2. También es evidente que los intereses de las universidades de propiedad estatal (pero no de financiamiento estatal, pues en esto son todas iguales: son las familias las que sostienen la educación superior en Chile) se concentran en cuestiones que no necesariamente dan cuenta de problemas sistémicos. El llamado "financiamiento basal" para las universidades estatales y otros puntos reclamados por el rector de la Universidad de Chile (superintendencia de educación superior y ayudas estudiantiles efectivas) impactarán sin duda a ellas mismas y no es claro su efecto virtuoso en el sistema. Para serlo, probablemente se requiera sincerar otros aspectos hoy instalados en estas universidades, tales como la frondosa burocracia que suele caracterizarlas, la hipertrofia funcionaria de varias de ellas, el monopolio del sistema de admisión basado en la PSU, etc.
  3. De cara a las universidades "privadas", o sea, aquellas creadas después de 1981, el punto crítico es la discusión sobre el lucro como finalidad en organizaciones cuya naturaleza jurídica las define como "non profit". Se agregan también otros relativos a ayudas estudiantiles, pues en general estas instituciones no proveen sino los apoyos que financia el Estado (es decir, no comprometen recursos propios en beneficio de sus estudiantes). Pero, como ya se dijo, lo medular es resolver el cinismo que envuelve al lucro.
  4. A este respecto, el rector de la Universidad Alberto Hurtado, P. Fernando Montes, ha escrito una columna de opinión al respecto, equlibrada y provocativa a la vez. Montes afirma que "existe una cierta hipocresía en la discusión porque no basta con hablar de las instituciones con fin de lucro sino clarificar a fondo todas las actividades lucrativas que se hacen en el seno de las universidades cuyos beneficios en parte no pequeña van a los bolsillos de los profesores como sobresueldos o, dicho de una manera más brutal, son negocios que, usando el nombre de la universidad, hacen los profesores en beneficio propio. Al alero de las universidades que no se declaran lucrativas, existen consultoras y fundaciones que mueven muchos millones de pesos al año. No decimos que esto constituye en sí mismo un acto incorrecto, pero se presta ciertamente a numerosos abusos". Directo al corazón, cierra así: "así como hay algunos que piden claridad a aquellas universidades que tienen fin de lucro, creo que es indispensable que se haga una revisión honesta y a fondo de todas las actividades lucrativas ejercidas por las universidades. Que haya trasparencia y si hay lucro que se sincere, se pongan condiciones y se paguen los impuestos como corresponde".
  5. Acaso para temperar esta postura, El Mercurio incluye una entrevista a un empresario brasileño de la educación superior, quien defiende el lucro pues ve en éste un mecanismo virtuoso, pues atraería "gente seria" a la educación, ampliaría la oferta, bajaría los aranceles y aumentaría la recaudación de impuestos. No cabe duda que decir esto en Chile recuerda varios de los argumentos de la década de 1980 y de 2006, cuando se debatía acerca de las políticas de participación y fomento de los emprendimientos privados en educación, atraídos por la existencia de una subvención estatal y otras condiciones favorables. Su diagnóstico, no obstante, es certero: "De repente vemos compra y venta de instituciones sin fines de lucro. ¡Es la cosa más absurda! ¿Quién va a querer gastar dinero en comprar una institución de la que no obtendrá ganancias? Donde hay acciones de compra y venta es porque hay retiro de lucro. Y si hay retiro, entonces todo es una farsa", afirma.
  6. Frente a este panorama, el MINEDUC ha respondido con varias propuestas todavía no aceptadas por parte de los movilizados. En lo sustantivo, se anuncia una inyección de recursos para lo que denominan la "revitalización de las universidades estatales", la revisión de las tasas de interés de los créditos con aval del Estado y el estudio del pase escolar (TNE).
  7. Del lado de los secundarios, cuya energía no decae y que hoy suma tres centenas de establecimientos. Un recorrido por la ciudad muestra un fenómeno interesante: los liceos tomados son diversos, municipales y privados subvencionados. No es, por consiguiente, un problema que afecta sólo a los liceos públicos destruidos por el terremoto y que aun no se reparan; no es una movilización sólo por la educación técnico profesional sumida en el abandono material y pedagógico-curricular; no es sólo un reclamo por la fracasada municipalización y el retorno del Estado docente. Aunque difuso, parece todo esto y más. Basta revisar el petitorio de la ACES y la FEMES, las organizaciones que aglutinan a los secundarios: término de la LGE, reemplazo de la PSU por un sistema de bachillerato, TNE para todos, revisión radical de la JEC, no a la "privatización encubierta" que para ellos implica la fusión de establecimientos municipales, rechazo al Decreto 170 (regulación que pretende normar los procesos de integración e inclusión educativa en alumnos con necesidades educativas especiales), ampliación de cobertura de beneficios JUNAEB, entre varios más.
  8. El MINEDUC ha respondido con anuncios que implican hacerse cargo de las reparaciones pendientes de liceos afectados por el terremoto del 28 de febrero de 2010 (o sea, hace casi año y medio), iniciar un diagnóstico de la educación técnica, revisar la TNE y presentar un proyecto de nueva institucionalidad de la educación pública en septiembre (el cual ya estaba comprometido en un cronograma publicado por el mismo MINEDUC en diciembre pasado). Es poco, sin duda.

Un monitoreo de prensa sobre el conflicto se puede consultar en el Blog de José Brunner.

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