sábado, 26 de abril de 2014

Selección de alumnos (II)

Fuente: http://ladetestable.files.wordpress.com/

La editorial de La Tercera manifiesta su preocupación por el anuncio de supresión de la selección de alumnos. Señala que la diversidad del sistema escolar está en riesgo, lo que equivale a decir que la no selección uniformará el sistema en su oferta y eso no sería deseable. De allí que este medio defienda la selección como un mecanismo válido cuando se basa en reglas conocidas y no arbitrariamente discriminatorias. Agrega además que sin selección no habrá diversidad de proyectos educativos y advierte que esto implicará que solo quienes puedan pagar, podrán elegir el tipo de establecimiento que represente sus intereses o aspiraciones formativas para sus hijos. En afinidad con una tesis que hace poco defendió J.J. Brunner- remata diciendo que "impedir que los establecimientos de excelencia del sector público seleccionen agravará la crisis que atraviesa la educación pública, y privará especialmente a estudiantes de esfuerzo de acceder a una educación que potencie sus talentos y premie su compromiso con el estudio. Ello no puede sino representar un daño al patrimonio educacional del país".

En la vereda opuesta, una columna de "El Mostrador" firmada por Alfredo Gaete, señala que la selección no puede ser considerada un derecho de los establecimientos: "la selección es nociva para nuestro sistema educativo, a tal punto que incluso si abolirla implicara una merma de libertad, habría que evaluar la posibilidad de hacerlo". Cierra su argumento diciendo: "Quienes están interesados en proteger la selección de estudiantes tienen que dar muy buenas razones para justificar tal proceder; razones que, hasta donde sé, nadie ha dado. Apelar a la libertad de enseñanza no es, en este caso, razón suficiente, dada la magnitud de los males, actuales y posibles, asociados a las prácticas selectivas. No, seleccionar estudiantes no debería ser un derecho, no al menos si queremos vivir en una sociedad más justa e inclusiva que la que tenemos".

¿Por qué seleccionan los establecimientos escolares? Unos lo hacen por razones socio-económicas (porque les interesa un determinado segmento de la población), otros por razones socio-académicas (o sea, porque una cierta configuración individual y familiar de capacidades y disposiciones socioculturales les facilitan la consecución de logros académicos) y otros por razones que Gaete llama "ideológicas" (esto es, porque tienen una determinada concepción del mundo, del hombre y de la sociedad que les interesa inculcar). Hay también una cuarta y una quinta razón: la cuarta es la tradición o la creencia según la cual algunos establecimientos están llamados a ser cunas de la elite dirigente o de la clase dominante del país. La quinta es la meritocrática o la movilidad social: un establecimiento se siente llamado a rescatar de la masa a los más talentosos para proveerles oportunidades que no tendrían sino allí, lejos de sus grupos de referencia socio-cultural. Los elegidos podrán mejorar sus perspectivas y -quién sabe- quizá llegar a ser parte de la elite.

¿Para qué lo hacen? Muchas razones puede haber: para facilitarse las cosas y lograr sus objetivos instrumentales (la posición en los rankings SIMCE, la PSU) y/o mantener un sello o carisma, para salvar a algunos (porque no se puede salvar a todos o porque todos no interesan), para preservar o aumentar el prestigio, para distinguirse de otros.

El mecanismo es simple y consiste en definir sistemas de admisión para identificar y conseguir a quienes cumplen con los requisitos deseados y filtrar a los que no lo hacen. Por lo general, los factores de selección son concurrentes o copulativos y buscan depurar este insumo clave: el tipo de alumno y su familia. De aquí que lo cierto es que, al contrario de lo que dice La Tercera, la selección escolar busca la homogeneidad del grupo, no la diversidad. Cuando se selecciona, interesan los iguales y se elude o excluye a los distintos. El efecto de lo anterior es similitud intragrupo (o sea, dentro del mismo establecimiento) y heterogeneidad intergrupos (o sea, entre establecimientos). Para algunos, la diferencia entre establecimientos es un valor porque pueden emerger muchos proyectos educativos distintos que acojan a estos grupos o comunidades de iguales entre sí. Lo importante es la existencia de opciones. El problema acá es que en la práctica no ocurre siempre que quienes deseen incorporarse a estos establecimientos lo pueda hacer; no son acogidos, son escogidos. Pero algunos piensan que esto no es problemático.

Para quienes sí lo creen problemático, la selección es cuna de segmentación porque estas comunidades de iguales no posibilitan el encuentro con los diferentes; lo importante es la integración social. Escoger a quienes pueden integrar una comunidad es finalmente un acto segregatorio y solo refuerza las diferencias sociales y sus efectos en los desempeños escolares.






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