Todavía es un sueño llegar a ser niños o niñas. Un notable y crudo reportaje gráfico de El país muestra con elocuencia que aquello que algunos suponemos tan obvio, es una tarea a ratos insalvable en muchos lugares. Mientras, allí donde algo se ha avanzado, otros celebran un año más de la Convención de Derechos del Niño, dando cuenta de problemas y progresos que, si se mira la otra cara de la moneda, parecen accesorios.
La escuela se esmera en modelar la infancia. A los afanes habituales de enseñar para la economía y para la ciudadanía parecida al consumo, ahora se añaden intentos por inculcar valores. En España, país a menudo interesante, se aventuraron a imponer el curso de Educación para la Ciudadanía, con las esperadas resistencias y bloqueos de grupos de interés, tales como la Iglesia (esa con mayúscula) y la Derecha (también con mayúscula) oponiendo la objeción de conciencia. La resulta es una asignatura que tiene existencia formal, pero cuyo despliegue cotidiano es pedregoso: falta convicción en los gobiernos, falta apoyo en los hogares, faltan horas en las aulas. La resulta... mucho optimismo (voluntarismo) y un curriculo lleno de buenas intenciones.
(la foto es de UNESCO)
Dificil y sigo pensando que más alla de la educación que es super importante,el entorno es lo que marca al niño en su crecimiento.
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