El debate sobre la calidad de la formación inicial de los profesores en Chile sigue vigente, sin bien ahora se ha visito menguado por la discusión sobre las medidas anunciadas por el presidente el 21 de mayo.
Un nota en La Segunda da cuenta de preocupantes debilidades de la acreditación de las pedagogías, un mecanismo explícitamente diseñado para asegurar la calidad de la enseñanza universitaria. A la vez, una columna de Carlos Concha, en El Mostrador, señala con precisión los focos de una política de formación docente, afirmando además que el problema crónico es la indolencia de los tomadores de decisión al respecto: simplemente, no hay un real interés de los políticos para hacer aquello que la experiencia comparada recomienda. Y, por último, una carta de Cristian Cox aporta argumentos convergentes, añadiendo otro: la descoordinación o no alineamiento de los mecanismos de mejora ca de la calidad de la formación, a saber: a) el MBE (estándares para la formación y el desempeño docente), b) la acreditación obligatoria de pedagogías y c) la Prueba Inicia.
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