Entre las medidas anunciadas por el Ministro de Educación, Joaquín Lavín, para superar la emergencia educativa, se incluye el acortamiento de la jornada escolar en establecimientos en condiciones de funcionamiento, para que éstos acojan a más de un grupo de alumnos (uno en la jornada de la mañana, otro en la tarde e incluso un tercero en horario no definido). Otras medidas consideran el uso de otros espacios locales públicos o privados, la provisión de transporte escolar de acercamiento a los recintos que sí pueden operar y la instalación de escuelas de emergencia o "colegios modulares"). De este modo, se daría cumplimiento a la meta gubernamental de lograr que todos los alumnos comiencen su año escolar antes de 45 días.
Como es evidente, si se acorta la jornada escolar, se dispondrá de menos tiempo para la enseñanza. Pero el curriculum nacional vigente ha sido diseñado para un año escolar de 38-40 semanas con un promedio de entre 30 a 38 horas semanales en educación básica y de 42 horas en educación media. ¿Qué hacer? Desde el gobierno se ha señalado que se estudia la viabilidad de un curriculum de emergencia, que debiera ser implementado en las escuelas y liceos de las zonas afectadas por el terremoto. Este curriculum se basaría en un recorte o selección de lo esencial o de los aprendizajes prioritarios de cada nivel escolar.
Tal idea generó el rechazo de algunos especialistas, argumentando que al daño que la naturaleza les causó a esos niños y jóvenes de esas comunidades, se añadiría un daño social consistente en la rebaja del nivel de un servicio educativo que, ya en condiciones normales, resultaba deficitario.
Es razonable el alegato. El curriculum y sus objetivos de aprendizaje se entienden como el producto de una selección y organización de contenidos culturales que resultan esenciales para la inserción plena en la sociedad, la continuidad de estudios y la realización de los proyectos personales de cada uno en dicha sociedad. Así visto, a todas luces es injusto aplicar un recorte curricular e implementar un "curriculum express" en las zonas de catástrofe, mientras que en el resto del país se sigue implementando el curriculum regular.
Sin embargo, es muy riesgoso tomar decisiones curriculares en medio de una coyuntura como ésta sin cautelar las consecuencias que tendría en el futuro, cuando la situación se normalice. El curriculum es también una trayectoria y, por lo mismo, se han definido "mapas de progreso" que delinean la progresión de aprendizajes de cada año en cada sector curricular en un recorrido de 12 años de escolaridad. Por tanto, un aprendizaje no asentado ahora será un peldaño roto en el futuro. Como es obvio, también está a la vista el eventual perjuicio de los estudiantes afectados cuando se tiene en perspectiva una prueba de impacto significativo para éstos, como la PSU.
Al mismo tiempo, suponiendo que el curriculum de emergencia es en verdad el curriculun esencial, se estaría acogiendo el reclamo de muchos docentes que desde hace mucho dicen que el llamado "curriculum mínimo nacional" es "máximo". Porque la sola posibilidad de priorizar aprendizajes y contenidos curriculares implica que se admite la existencia de un curriculum esencial y otro de segunda importancia o que, al menos en las actuales circunstancias, es prescindible. Y si es posible en estas circunstancias, puede haber otras...
Al mismo tiempo, suponiendo que el curriculum de emergencia es en verdad el curriculun esencial, se estaría acogiendo el reclamo de muchos docentes que desde hace mucho dicen que el llamado "curriculum mínimo nacional" es "máximo". Porque la sola posibilidad de priorizar aprendizajes y contenidos curriculares implica que se admite la existencia de un curriculum esencial y otro de segunda importancia o que, al menos en las actuales circunstancias, es prescindible. Y si es posible en estas circunstancias, puede haber otras...
Tal vez el debate iniciado sea una oportunidad de sincerar el punto.
(la imagen proviene de http://www.trienaldechile.cl/wp2/wp-content/uploads/2009/03/escuela-chaiten6401.jpg)
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ResponderEliminarRealmente es complejo el tema. Se presenta una encrucijada en donde actuar con rapidez ante la emergencia coarta la idonieidad en cuanto a la calidad que el servicio pudiese otorgar.
ResponderEliminarSensata es la declaración de J.J. Brunner, al pedir que no se genere un terremoto social adicional a quienes se han visto más afectados, de por si, por el terremoto.
Pese a ello, comparto con las últimas líneas redactadas. Quizás la propuesta de enseñar solo lo "esencial" del currículum abra el debate sobre los contenidos "mínimos" que exíge el Ministerio.
Tal vez, los movimientos telúricos si traigan algo bueno.
Saludos