Transcribo la nota de prensa del PNUD para anunciar la nueva publicación sobre desigualdad en Chile. El libro
se puede descargar en el sitio del PNUD:
DESIGUALES. Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile
es el título del libro que este miércoles 14 de junio lanzará, en la
Biblioteca Nacional, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD). Fruto de dos años de investigación, el texto ofrece
una base sólida a partir de la cual discutir e imaginar un país con
mayores grados de igualdad. El libro se funda en el convencimiento que
la desigualdad socioeconómica es un problema social que seguirá siendo
parte de las discusiones respecto del desarrollo del país en los años
por venir, pues sus mecanismos de reproducción tienen raíces profundas
en la historia de Chile.
El libro reconoce que en Chile se han visto avances en numerosos
ámbitos durante las últimas décadas. La reducción de la pobreza, el
mayor acceso a la educación superior y la consolidación democrática han
permitido a la sociedad chilena mirarse con otros ojos: el creciente
bienestar material es explicado por las personas a partir de historias
de esfuerzo personal que habrían permitido dejar atrás un Chile más
precario.
La contracara de esta mirada es la percepción de inseguridad, la
incapacidad de asegurar lo conseguido. Las bajas pensiones, el futuro
laboral incierto pese a los títulos obtenidos, la posibilidad siempre
presente del desempleo, los tratamientos médicos que no se pueden
costear, configuran amenazas que el mérito personal no alcanza a
sortear, y que empuja demandas por mayor seguridad. La percepción de
injusticia asociada al hecho de que quienes puedan pagar más tengan
acceso a mejores servicios sociales ha aumentado considerablemente
durante los últimos 15 años: de 52% a 64% en el caso de la educación, y
de 52% a 68% en el caso de la salud.
Consistentemente, los datos muestran que las desigualdades que más
molestan a los chilenos son aquellas asociadas al acceso a salud y
educación, y al trato que reciben las personas. Respecto a esto último,
un 41% de la población encuestada reportó haber sufrido una o más formas
de malos tratos en el último año. Estas personas atribuyen estas
situaciones a dos razones principales: clasismo y machismo.
Frente a este escenario, el PNUD propone concentrar el debate
respecto de la desigualdad en el país en seis “nudos” que explican su
reproducción y donde es posible imaginar cambios.
Primero, una estructura productiva que genera circuitos
diferenciados de productividad: un conjunto reducido de grandes empresas
que ofrecen buenas remuneraciones y estabilidad laboral, y un gran
número de pequeñas y medianas empresas de menor productividad que no
logran asegurar ni estabilidad ni calidad del empleo.
Segundo, un sistema educativo que, si bien ha logrado integrar
a una gran cantidad de jóvenes a la educación terciaria, por su
estructura segmentada no logra generar suficiente igualdad de
oportunidades que garantice la movilidad social intergeneracional.
Tercero, un Estado que ha mostrado avances en la
implementación de políticas sociales pero sigue teniendo como desafío la
provisión de mayores seguridades para los ciudadanos, especialmente en
materia de garantías universales, transferencias y pensiones.
Cuarto, una alta concentración de la riqueza y el ingreso en
un número reducido de grupos económicos. Este patrón de concentración
genera reparticiones de los excedentes y patrones de inversión que
reproducen la concentración y dificultan reducir la desigualdad.
Quinto, una alta elitización en la representación política:
más del 70% de los ministros, casi 60% de los senadores y más del 40% de
los diputados del período 1990-2016 asistió a colegios de elite,
carreras y universidades de elite, o ambas. Esto provoca una distancia
sentida por parte de la población respecto de sus representantes y
líderes políticos, y alimenta la crítica al carácter privilegiado de las
autoridades públicas.
Sexto, patrones culturales que justifican o critican la
desigualdad existente. El volumen muestra cómo conviven valores
meritocráticos a partir de los cuales se estigmatiza a la población más
vulnerable – “aquellos que no se esfuerzan”, y a su vez se critica el
abuso de contactos y privilegios de las clases más altas. El alto valor
del mérito y la importancia de las credenciales educativas en el
progreso individual se contrastan con la relativa menor importancia de
un principio de solidaridad en el discurso público.
La Representante Residente del PNUD en Chile, Silvia Rucks, señala
que la relevancia del libro “hay que entenderla dentro de los 17
objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales el Estado de Chile se ha
comprometido en trabajar en el marco de la Agenda 2030, donde la
reducción de la desigualdad y la pobreza son elementos centrales de un
desarrollo sostenible e inclusivo. Para lograrlo, el país debe abrir
preguntas y discusiones difíciles pero indispensables, que tienen que
ser abordadas por el conjunto de la sociedad. Este libro busca ser un
aporte en este debate”.
Matías Cociña, uno de los investigadores principales del libro,
comenta que “este material busca ser una base empírica a partir de la
cual discutir sobre cómo disminuir la desigualdad en Chile. No se
proponen en este sentido ni recetas mágicas ni soluciones fáciles, sino
que se ofrecen elementos para entender cómo se crea, cómo se reproduce y
qué consecuencias tiene la desigualdad socioeconómica en Chile, para
desde ahí abrir una discusión mucho más desafiante: qué hacer al
respecto. En este sentido, el libro va más allá de la contingencia
actual, analiza la trayectoria del país desde sus orígenes para pensar
el futuro que se nos viene”.
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