Una nota del diario "El País" aborda la situación española en relación con el "ascensor social", expresión que alude a la expectativa de mejora social intergeneracional. Según lo que informa el artículo basado en datos de la OECD, "en España puede llevar hasta cuatro generaciones que los niños de familias pobres alcancen un nivel de ingresos medios. Es un ascensor social bastante más lento que el de países como Dinamarca y Noruega, donde solo se tardan dos generaciones, pero algo mejor que la media de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico —entre cuatro y cinco—. E, incluso, más rápido que en Francia o Alemania, donde pueden llegar a pasar hasta seis generaciones antes de lograrse esta meta".
En el caso de Chile y como se observa en el gráfico, son necesarias 6 generaciones para que un descendiente de una familia pobre llegue a tener ingresos medios. En jerga de descendencia, un nieto de un nieto de un nieto (bichozno) podría llegar a esta condición. En años, deberían transcurrir un par de siglos para que las familias de origen pobre logren el ingreso promedio nacional. En otras palabras, el nivel socioeconómico de los individuos está fuertemente condicionado por el nivel de ingresos de sus padres.
Estos datos están disponibles en un informe breve de la OECD sobre Chile, con igual título: "¿Un ascensor social roto?". El reporte señala que en Chile el 25% de los hijos de padres con bajos ingresos tienen también bajos ingresos. A la vez, el 39% de los hijos de padres de altos ingresos tienen ingresos altos. En línea con la tendencia intergeneracional a preservar las desigualdades, los datos OECD señalan que el 65% de los niños de padres con estudios superiores completos también completan la educación superior; en cambio, en el grupo de bajos ingresos, sólo el 13% de los hijos de padres con bajo nivel educativo logran llegar y completar la educación superior.
El informe de OECD es optimista, sin embargo, respecto de la movilidad a corto plazo para el grupo de menores ingresos. Según dice, el quintil inferior tiene muchas posibilidades de mejorar su situación de ingresos en poco tiempo, pues el 34% de las personas de este grupo permanecen en este nivel luego de 4 años, pero al mismo tiempo un 17% de quienes mejoran su posición en este lapso vuelve a ser pobre, generalmente debido a la precariedad del empleo.
A la vez, este optimismo sobre el quintil más pobre se desdibuja rápidamente al revisar los datos del grupo medio, pues el 37% de estas personas, luego de 4 años, ha visto disminuido su nivel de ingresos, la proporción más alta del grupo de países OECD.
Las recomendaciones de políticas educativas que hace este organismo son bastante obvias: a) identificar y replicar buenas prácticas; b) fortalecer trayectorias profesionales de calidad para los docentes; c) mejorar la EMTP; d) fortalecer la subvención escolar preferencial; e) mejorar la calidad de los servicios de cuidado infantil, especialmente en sectores rurales; f) aumentar los horarios de atención de guarderías; y g) reducer la brecha de género en el desarrollo de habilidades.